Rafael Nadal sigue haciendo historia en el tenis masculino.
El atleta español se convirtió el pasado domingo en el tenista con el mayor número de títulos obtenidos de Grand Slams en la historia del tenis masculino. La victoria en el Abierto de Australia fue el complemento para llegar a 21 títulos en los cuatro torneos importantes del tenis profesional.
La final que se disputó en Melbourne, terminó con una épica remontada de Nadal (2-6, 6-7, 6-4, 6-4 y 7-5), contra el ruso Daniil Medvedev, en un encuentro que se prolongó por más de cinco horas aproximadamente. El español, respaldado por una gran multitud, jugó un partido extraordinario.
Nadal, de 35 años, con esta gran hazaña supera a Novak Djokovic y Roger Federer en la carrera del Grand Slams.
Con la ausencia del deportado Novak Djokovic y Roger Federer por lesión, Nadal aprovechó para adelantarse a su grandes rivales y poder superarlos con la mayor cantidad de títulos importantes.
Por otro lado, Daniil Medvedev, aspiraba a convertirse en el primer hombre en la era Open en ganar sus dos primeros majors en Grand Slams consecutivos.
Entre lo más curioso, el logro del español se produce solo unos meses después de una lesión en el pie que arrastra desde hace varios años y que casi lo deja fuera de la competición.
"No sabía si iba a volver a jugar al tenis hace mes y medio y es increíble verme ahora aquí con el trofeo en la mano. Muchas gracias por el apoyo de todos", dijo tras la entrega del trofeo.
Nadal agradeció a su equipo y a su familia "por estar en los momentos de más dificultad", y a la organización del Abierto de Australia por su "extraordinario" trabajo en la organización del torneo. La lesión lo detuvo por un solo torneo en los últimos siete meses de 2021, mientras que un brote de coronavirus a mediados de diciembre lo dejó "muy enfermo, con fiebre".
Estos contratiempos hicieron que el Abierto de Australia fuera unicamente el segundo evento en donde participaría en apenas cinco meses, luego de ganar un torneo de preparación en Melbourne a principios de año.
"Dejando caer su raqueta al suelo, se quedó inmóvil y boquiabierto, con las manos en las caderas. Después de un cálido abrazo con Medvedev, caminó hacia su equipo y explotó de emoción", relata Jonathan Jurejko, quien presenció el partido en Melbourne.
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